La casa fue construida en 1834, y si no es comprada por alguien, será reducida a escombros
No todos los días aparece en prensa un anuncio para regalar gratis una mansión histórica. Y si lo leyéramos, podríamos pensar que es un timo, o que algo raro hay detrás. Realmente, algo de cierto hay.
Hood Mansión, situada en el condado de Pensilvania, es una espectacular mansión que fue construida en 1834. Cuenta con 464 metros cuadrados, 17 habitaciones, nueve chimeneas, vigas de roble en los techos, suelos de castaño...
Y ahora, esta mansión la regala gratis la Sociedad de Preservación del Este de Pensilvania (EPPS, por sus siglas en inglés). Aunque detrás de ese ofrecimiento, hay una pequeña condición: el nuevo propietario debe trasladarlo desde el condado de Lycoming hasta otra localización.
El precio de realizar esta operación no es moco de pavo. Según el Philadelphia Inquirer, el presupuesto para desmontar la casa, trasladarla y reconstruirla de nuevo, podría tener un coste de entre 700.000 y 1 millón de dólares.
La mansión se regala gratis para evitar su demolición
La idea de regalar la mansión se ha tomado de acuerdo con el propietario actual de la mansión, después de que el terreno fuera vendido hace tres años a un desarrollador de Brooklyn, Nueva York, quien planea construir en esos terrenos un complejo de almacenes en la propiedad. Y si no hay comprador que se comprometa a desmontar el edificio y llevárselo piedra a piedra hasta otro lugar, el edificio será reducido a escombros sin remedio.
Desde entonces, la EPPS está trabajando junto con la Sociedad Histórica del Municipio de Limerick para proteger el edificio y cualquier otro elemento histórico antes de que sea demolido.
La mansión fue construida en Limerick por John McClellan Hood, un inmigrante irlandés de primera generación, como residencia de verano para que su mujer y sus 13 hijos pudieran escapar de las enfermedades que asolaron Filadelfia durante los meses de verano entre principios y mediados del siglo XIX.
La casa siguió propiedad de la familia Hood hasta la década de los años 80 del siglo pasado, cuando la casa se vendió en una subasta. Su nuevo propietario tenía planes para incorporarla a un campo de golf que quería construir. Aunque esos planes nunca llegaron a ponerse en marcha, y la casa se alquiló hasta 2008, cuando se vendió a Boyd Gaming.
Boyd Gaming intentó derruir la mansión para construir un gran casino en el terreno, aunque esos planes tampoco salieron adelante y la finca quedó abandonada a su suerte, hasta que en 2016 unos vándalos irrumpieron en la casa y destrozaron y robaron a su antojo. Un año después, en 2017, la EPPS se propuso adquirir la casa y preservarla como parte del patrimonio histórico del condado. Una tarea en la que todavía esta trabajando, como podemos ver.
Fotografía | Eastern Pennsylvania Preservation Society
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