Cómo cambia una misma habitación en función a los colores que elijas para su decoración y arquitectura, según una experta

En el universo del diseño de interiores, los detalles son mucho más que elementos decorativos, son los encargados de transformar sensaciones, construir atmósferas y darle identidad a un espacio. Es decir, va a depender de nuestra mera elección que nuestro hogar se vea más cálido y natural o más fresco y envolvente.

Así lo explica la diseñadora Agus Molina (@taointeriorismo), quien destaca cómo las elecciones cromáticas y materiales pueden modificar por completo la percepción de un ambiente, cómo nos sentimos en casa o cómo la habitamos, incluso cuando su estructura permanece intacta.

Cómo cambia una habitación en función a la elección de materiales

“Una misma habitación puede sentirse de mil maneras diferentes, solo cambiando los materiales”, asegura la experta. Y es justamente esa capacidad de transformación —sutil, pero poderosa— lo que más la enamora de su profesión. Cada combinación es una oportunidad para conectar con quienes habitan un lugar y permitir que el hogar hable su mismo lenguaje.

La clave, según la diseñadora, está en elegir materiales que resuenen con nuestra esencia. La madera, por ejemplo, combinada con tonalidades verdes, marrones y fibras naturales como la rafia, genera una sensación cálida y envolvente. En cambio, un azul intenso acompañado de matices azul mar y una madera veteada transmite frescura, como una bocanada de aire costero dentro de casa.

Para quienes buscan algo más sofisticado, Agus Molina recomienda el contraste de una madera en marrón chocolate con mármoles grises o blancos: un dúo que aporta elegancia y un toque contemporáneo. Por otro lado, si la intención es crear un ambiente conectado con lo orgánico, la diseñadora sugiere apostar por maderas claras acompañadas de distintas gamas de verde, una combinación que invita a la serenidad y a la sensación de naturaleza interior.

“Cada material cambia cómo se siente tu hogar”, enfatiza la experta. Y, en consecuencia, también influye directamente en cómo nos sentimos dentro de él. Por eso, elegir bien no es solo una cuestión estética, sino emocional. El diseñodebe ser una herramienta para mejorar la vida cotidiana, un puente entre lo que somos y lo que queremos experimentar en nuestro propio espacio.

En tiempos donde el bienestar se volvió un valor central, pensar en los materiales como generadores de sensaciones se convierte en una estrategia esencial para crear hogares que realmente nos representen. Y ahí, entre texturas, colores y personalidades, se encuentra la verdadera magia del diseño.

Fotografía de portada | Fran Parente

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