Estos son los mejores trucos para reformar el baño o la cocina si estás en un piso de alquiler, según una inquilina

Reformar un baño sin tocar la pared, sin hacer agujeros, sin reformas y sin dramas. Suena imposible, ¿verdad? Pero la influencer y experta en soluciones para pisos de alquiler Raquel Enello (@enellodiy)  ha demostrado que, con ingenio y buen gusto, se puede transformar un baño de forma radical… sin perder la fianza.

En sus redes sociales, Raquel comparte decenas de ideas para mejorar viviendas de alquiler sin comprometer estructuras ni provocar disgustos con los caseros. Y entre todas ellas, hay un truco que se ha convertido en uno de los favoritos de sus seguidores: revestir las paredes del baño con un panel desmontable y azulejos vinílicos sin una sola obra.

Reforma exprés, sin herramientas

"Como no queríamos dañar la pared, encontramos un panel de polipropileno y lo cortamos a medida", cuenta Raquel al comenzar a explicar su idea. Este material (ligero, resistente y fácil de manipular), se convirtió en la base perfecta para dar rienda suelta a la creatividad sin tocar el alicatado original.

Sobre ese panel, la magia comienza: azulejos vinílicos adhesivos, tan realistas que engañan a la vista y al tacto. Se colocan fácilmente, solapándose entre sí para evitar líneas visibles y generar un efecto continuo, como si fueran verdaderos azulejos recién puestos por un profesional.

Pero una de las grandes ventajas de este truco es que permite personalizar completamente el diseño del baño. Desde motivos geométricos hasta patrones hidráulicos, pasando por imitaciones de mármol, madera o piedra natural… la elección de los azulejos vinílicos cambia completamente el ambiente sin necesidad de quitar lo existente.

Y lo mejor, cuando llega el momento de mudarse, todo se puede desmontar y llevar al siguiente piso. Una reforma decorativa que se convierte en un mueble más.

¿Y cómo se fija sin dañar?

Aquí es donde entra otro de los grandes aciertos del truco: las pegatinas adhesivas para cuadros, esas que no requieren taladro ni clavos y que pueden retirarse sin dejar rastro. Se colocan estratégicamente en la parte trasera del panel y lo mantienen firme contra la pared, incluso en zonas húmedas.

"El panel aguanta la humedad perfectamente", explican Raquel y su pareja, quienes idearon y ejecutaron el plan. "Y después de varios meses, los azulejos siguen como el primer día", concluye la protagonista.

El resultado, a la vista, parece sacado de una reforma profesional. Un baño que respira diseño, con carácter, luminosidad y mucha más armonía. Todo ello, sin necesidad de obras, sin polvo, sin ruidos… y sin pasar por el tedioso proceso de pedir permiso al propietario.

Fotografías | Vía @enellodiy

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