El orden visual no es solo una cuestión estética, sino una herramienta poderosa para construir hogares más serenos, más habitables y, sobre todo, más nuestros
En un mundo donde el ritmo acelerado se ha instalado en nuestras rutinas, convertir el hogar en un refugio visual y emocional se ha vuelto más necesario que nunca. La saturación de objetos, colores y estímulos —lo que los profesionales llaman ruido visual— afecta no solo a la estética de nuestra casa, sino también a nuestro bienestar mental.
Tener una casa ordenada, vale por dos. Lo sabes, tú, lo se yo y lo sabemos todas. Después de un verano de locos, llega septiembre, el otoño, la tranquilidad y la vuelta a la rutina. Es momento de ordenar, ahora o nunca. Y como nunca ha sido nuestro punto fuerte, qué mejor manera que seguir los consejos de una experta como Laura Varo (@ordenat).
Con años de experiencia en organización doméstica, Varo comparte sus cinco claves para reducir el ruido visual en casa y crear un entorno armonioso, funcional y estéticamente equilibrado.
La importancia de cajas, cestos y muebles cerrados
El primer paso para liberar la mirada es evitar tenerlo todo a la vista. Objetos pequeños, cargadores, juguetes, papelería o artículos de uso puntual pueden crear una sensación de desorden incluso cuando están bien colocados.
La clave está en guardar sin perder el acceso fácil. Cajas con tapa, cestos de fibras naturales o muebles con puertas son aliados perfectos para mantener la funcionalidad sin sacrificar la estética.
Elige recipientes que armonicen con la decoración y coloca en su interior todo lo que no es imprescindible tener expuesto. "Utiliza cestos, cajas o muebles con puertas para organizar los objetos pequeños y aquellos que no nos resulten agradables a la vista", recomienda.
Textiles neutros, pero con personalidad
Los colores también juegan un papel fundamental en la sensación de orden. En este sentido, Varo recomienda optar por tonos neutros en cortinas, cojines, alfombras o ropa de cama, ya que aportan serenidad y cohesión visual. Pero eso no significa renunciar al estilo, unos cojines mostaza, un plaid azul petróleo o un jarrón en terracota pueden ser suficientes para dar vida al espacio sin abrumar.
Menos es más (también en decoración)
Uno de los errores más frecuentes al decorar es acumular demasiados objetos decorativos: marcos de fotos, velas, figuras, jarrones, souvenirs... El exceso de adornos dispersa la atención y genera sensación de caos, aunque todo esté limpio.
Por eso, selecciona solo lo que realmente te guste o te diga algo, y deja respirar al resto. Aplicar esta regla en estanterías, baldas o mesas auxiliares marcará una gran diferencia en cómo se percibe el espacio.
Los cables, grandes enemigos del orden visual
Hoy convivimos con múltiples dispositivos electrónicos que, aunque prácticos, también aportan un caos visual si no se gestionan correctamente. Una estancia puede estar perfectamente decorada, pero un montón de cables a la vista arruinan la armonía al instante.
Para combatirlo, Varo sugiere el uso de canaletas, cajas organizadoras de cables o gomas ocultacables, que permiten mantener todo bajo control sin renunciar a la conectividad.
No tengas miedo a dejar espacios libres
Finalmente, la experta nos invita a romper el mito de que una casa bien decorada debe estar llena de cosas. Todo lo contrario, no tengas miedo a dejar espacios vacíos. El ojo necesita pausas, igual que la mente. Un rincón sin ocupar no es un hueco perdido, es una oportunidad para que el ambiente respire.
De este modo, ordenar no es solo mover cosas de un lado a otro. Es tomar decisiones conscientes sobre qué merece estar a la vista y qué no, qué aporta al conjunto y qué resta. Siguiendo estos cinco consejos, Laura Varo nos recuerda que el orden visual no es solo una cuestión estética, sino una herramienta poderosa para construir hogares más serenos, más habitables y, sobre todo, más nuestros.
Fotografías | Vía @ordenat
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