Cómo limpiar y dar brillo a los muebles sin usar productos químicos nocivos para la salud: cinco trucos caseros y naturales

No hay mejor brillo que el que se logra con paciencia, mimo y el toque artesanal de lo auténtico

Durante décadas, la madera ha sido sinónimo de calidez, elegancia y naturalidad en los hogares. La madera era el material clave para el cabecero de la cama, para los muebles del salón y para la habitación de invitados, todo se hacía con madera. Sin embargo, mantenerla impecable y brillante no siempre requiere de costosos productos comerciales. 

Además, los productos de limpieza que utilizamos a diario, incluso los etiquetados como “ecológicos”, pueden estar liberando al aire interior cientos de compuestos potencialmente dañinos para nuestros pulmones. En este contexto, la investigación, publicada en la revista Chemosphere y revisada por expertos del Environmental Working Group (EWG), analizó 30 productos de limpieza doméstica, entre ellos ambientadores, limpiadores multiusos, desinfectantes para suelos, cristales y madera, así como quitamanchas para la ropa.

El resultado fue sorprendente, los científicos identificaron 530 compuestos orgánicos volátiles (COV) diferentes. Estos compuestos, responsables del olor característico de muchos productos, pueden permanecer en el aire de casa durante días, semanas o incluso meses, afectando la calidad del aire interior y, potencialmente, la salud de quienes lo respiran.

No obstante, antes de la era de los productos industriales, nuestras abuelas ya conocían el poder de algunos ingredientes naturales para cuidar los muebles y resaltar su belleza original. Hoy recuperamos esos trucos de siempre eficaces, ecológicos y económicos, esos que devuelven el esplendor a la madera sin un solo químico y la dejan perfectamente brillante, de veta a veta como el primer día. 

Aceite de oliva y limón

Anna Stathaki | Photography

Una mezcla sencilla pero prodigiosa. El aceite de oliva nutre la madera en profundidad, mientras que el limón actúa como limpiador natural y aporta un brillo inmediato. Para ello, mezcla media taza de aceite de oliva con el zumo de medio limón. Aplica con un paño suave siguiendo la veta de la madera y retira el exceso con otro paño seco. El resultado no es más que una superficie nutrida, luminosa y con un aroma fresco y natural.

Vinagre blanco para limpiar sin dañar

Jordi Folch

El vinagre es un aliado universal en la limpieza del hogar, y con la madera no es la excepción. Su poder desinfectante elimina el polvo, las manchas y los restos de grasa sin alterar el color ni la textura. Para aplicarlo, diluye una parte de vinagre blanco en dos partes de agua tibia y humedece un paño (nunca mojes directamente el mueble). Después, pasa suavemente sobre la superficie y seca de inmediato. Este truco es ideal para muebles de cocina o superficies que acumulen suciedad frecuente.

Cera de abejas para un brillo duradero

Anna Stathaki | Photography

Antes de que existieran los abrillantadores sintéticos, la cera de abejas era el secreto de los ebanistas. Protege, sella los poros y deja un acabado satinado que resiste el paso del tiempo. Para ello, calienta una pequeña cantidad de cera de abejas (puede ser pura o mezclada con unas gotas de aceite de linaza). Y después, cuando esté tibia, aplícala con un paño de algodón realizando movimientos circulares. Por último, deja secar y luego pule con un trapo limpio. ¡Tus muebles lucirán como nuevos!

Infusión de té negro 

Jordi Folch

El té negro, rico en taninos, ayuda a resaltar el tono natural de la madera y eliminar la opacidad causada por el polvo o la humedad. Para ello, hierve dos bolsitas de té en una taza de agua, deja enfriar y aplica el líquido con un paño ligeramente humedecido. Aparte de limpiar, el té revitaliza el color y aporta una calidez especial, especialmente en maderas oscuras.

Bicarbonato y aceite 

David Montero • Fotógrafo

Cuando aparece una mancha de agua o una marca blanca, el bicarbonato de sodio combinado con aceite vegetal puede obrar milagros. Todo lo que tienes que hacer es mezclar una cucharada de bicarbonato con una de aceite (de oliva o girasol). Después, frota suavemente sobre la mancha con un paño en movimientos circulares y limpia con un trapo seco. El resultado es sorprendente, una superficie uniforme y libre de marcas.

Imagen de portada | MARGOT TSIM | INTERIOR DESIGN

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