Las puertas de una casa han sido por lo general uno de los elementos decorativos funcionales que más se han descuidado desde el punto de vista estético. Sin embargo con solo renovarlas o modificar su aspecto, puedes conseguir transformar totalmente el aspecto de tu casa, y convertirlo en un lugar moderno, luminoso y con más espacio.
Las puertas no solo cumplen funciones de separación entre los ambientes o de aislamiento acústico, sino que además tienen un importante papel en la decoración del hogar. Puede que cambiar las puertas hasta hace poco fuera un proceso aburrido y con pocas alternativas, pero hoy en día hay gran cantidad de materiales, acabados y precios donde elegir. Con estas propuestas de Leroy Merlin seguro que encuentras el estilo que mejor encaja en tu casa.
¿Qué tipo de puertas escoger?
Según las medidas
Existen dos tipos de puertas según sus medidas, por una parte te vas a encontrar con puertas de dimensiones estándar, que tendrán un precio más económico y que prácticamente podrás llevar a tu casa el día que las elijas. Por otra, también tienes la opción de hacerlas a medida, tardarás un poco más, pero podrás personalizarlas y ajustarlas mejor a tus necesidades.
Según el material
Puertas de DM: Formadas en su interior por DM alveolar, son puertas huecas, aunque en el exterior similares a las de madera maciza. Son ideales por su poco peso, con menor sufrimiento en las bisagras y más duración de estas, y además perfectas para lacar cuando las quieras pintar de un color particular, lo que permite un cambio rápido y económico de la decoración de tu hogar.
Puertas chapadas: Se fabrican sobre un armazón de aglomerado, este después se cubre con distintas chapas que le darán el acabado final, y que pueden ser de tonos naturales o maderas más nobles. No se deforman con los cambios de temperatura.
Puertas de madera maciza: Ideales para ambientes clásicos y rústicos. Pesadas, pero resistentes, te garantizan un ambiente elegante allí donde las coloques.
Puertas con cristal: Con ellas conseguirás llenar de luz estancias como el salón o la cocina. Podrás adaptarlas a tu gusto escogiendo distintos tipos de cristal como el liso, traslúcido, templado o al ácido, según la terminación y el uso que quieras darle a esa estancia.
Según el tipo de apertura
Batiente: Es la puerta más común, la que por lo general todos tenemos en casa. La hoja de la puerta va colocada en unas bisagras lo que permite que la apertura se haga hacia dentro, hacia fuera o en ambos sentidos.
Como la hoja ocupa espacio, has de tener en cuenta en el momento de renovar las puertas si vas a aprovechar ese hueco para colocar un mueble y así decidir antes de hacer la obra si te interesa que la apertura esté a uno u otro lado. Si además quieres aumentar la luz en esa estancia o hacia el pasillo donde da esa puerta, puedes colocar una puerta batiente con cristal.
Plegable: Se compone de varias hojas que como su nombre indica se pliegan entre ellas, recogiéndose a los lados. Es perfecta para dividir ambientes manteniendo el estilo, por ejemplo de un dormitorio.
Corredera: Si de verdad quieres dar un cambio con la renovación de tus puertas y aprovechar el espacio en tu casa, plantéate la instalación de una puerta corredera. De los mismos materiales que las puertas clásicas, pero sin ocupar el espacio de estas, permite ganar metros en cualquier habitación.
Las correderas son ideales para cuartos de baño, cocinas y comedores, modulando la intimidad y el paso de la luz ya que pueden mantenerse entreabiertas sin molestar.
Pueden ser de dos tipos, con una guía exterior o bien estar empotradas en la pared. Las primeras son más sencillas de colocar, más económicas y prácticamente sin obras, sin embargo tendrás que tener en cuenta que la zona de pared por donde se deslicen no podrás usarla para otra función.
Las empotradas necesitan más obra de albañilería pues van entre un armazón metálico cubierto de escayola. No ocupan pared ya que quedan ocultas, y aunque no podrás taladrar para colgar ningún elemento, cumplen una función decorativa por sí mismas.
¿Qué tipo de acabado elegir?
Tres acabados son los más habituales. Por una parte tenemos las puertas con un acabado de pintura, sería la opción más económica y sencilla de realizar. También encontramos las puertas de madera barnizadas, con o sin la veta de la madera a la vista, y por último las puertas lacadas, que son las que mejor acabado tienen, aunque también las más delicadas.
¿Puedo lacar yo mismo las puertas?
Aunque lo habitual es que lo haga un profesional, también tienes la opción de lacar tu mismo las puertas de tu casa, para eso te damos unos consejos básicos de cómo hacerlo:
- Limpia la superficie de la puerta con agua y un detergente neutro para eliminar la suciedad
- A continuación lija suavemente con una lija de grano fino
- Aplica una capa de imprimación selladora para superficies porosas
- Enmasilla los pequeños desperfectos que hayan aparecido después de la imprimación con espátula de emplastar
- Deja secar y lija de nuevo la masilla aplicada
- Para finalizar aplica dos capas de esmalte laca satinado con un rodillo de espuma
Ya sé cómo lacar las puertas, ¿con qué color me quedo?
El pintar las puertas de un color u otro puede modificar totalmente el estilo y el aspecto visual de tu casa.
Puertas blancas
Aunque pueda parecer el color más plano y soso, lo cierto es que una puerta blanca es siempre bonita y elegante, y además da sensación de luminosidad, amplitud y limpieza al resto de tu hogar, resultando neutras cuando no quieras que tus puertas llamen la atención en la decoración de tu casa y consiguiendo que tardes más en cansarte de ellas, a diferencia de como suele ocurrir en el caso de las de madera o de colores.
Con el blanco es fácil combinar cualquier tono en la pintura de la pared, por lo que cambiar las puertas para ese tono hace que sea posible mantener el color de la pintura que ya tenías antes. Ya sea con colores sobrios como el gris o incluso con colores más vivos como amarillos, azules o naranjas, las puertas blancas son un éxito.
Puertas en color negro
Quizá sea la opción más arriesgada, pero las puertas negras darán un aspecto elegante a tu casa. Muy interesantes si quieres combinarlas con madera o una decoración de tipo industrial.
También puedes pintar de negro las puertas cuando quieras jugar a dar un aire nórdico a tu casa, escogiendo el blanco para las paredes y el resto de los complementos, lo que hará que las puertas resalten como elemento principal de la decoración.
Atrévete a pintar con pintura de pizarra negra el lateral interior de la puerta del cuarto de los niños o de la cocina y así convertirla en un improvisado lienzo para sus creaciones o un bloc de notas gigante para tus compras.
Puertas grises
Las puertas grises son adecuadas para muchos ambientes decorativos. Son elegantes, discretas y muy especiales. Puedes utilizar distintos tonos de grises para que se adapten al estilo de tu casa, y así convertir tus puertas en el centro de atención, siendo una apuesta segura cuando quieres salir de los tonos clásicos.
Puertas en otros colores
Colores vivos para tus puertas ¿Te atreves? Con ellos conseguirás un cambio de los más impactante según el tono escogido.
Los tonos amarillos y en concreto el color mostaza o el amarillo Minion, están de plena actualidad. Son colores cálidos, luminosos y alegres que impregnará tu casa de bienestar y optimismo, encajando a la perfección en los estilos eclécticos tan de tendencia. Combínalo con marrones, blancos, grises y metálicos.
Los azules están de moda. Variaciones de tonos azules como el turquesa, aportan calma y son muy luminosos, lucen principalmente en ambientes campestres y provenzales o para dar un toque romántico en tu casa. Combínalos con blancos y neutros, y utilízalos en las puertas de cocinas y dormitorios. Si quieres un estilo marinero prueba a pintar las puertas de color azul ultramar, acompáñalo de paredes blancas y conseguirás un ambiente de relax y placidez.
Para una opción atrevida prueba a decorar con distintos motivos tus puertas. De dos colores, diseños geométricos o con líneas rectas, bien empleando cinta de carrocero para conseguir tus propios diseños con pinturas, o simplemente aplicando vinilos o stickers con motivos diferentes.
Y, ¿qué hago con las puertas antiguas?
Si finalmente te has decidido a cambiar tus puertas y no restaurarlas, puede ser que con un poco de tiempo y de maña a las antiguas puertas de madera les des una nueva vida. Te proponemos algunas ideas para aprovecharlas.
¿Qué te parece utilizarlas para crear un marco gigante para enmarcar una fotografía? o quizá, ¿un espejo gigante para tu cuarto de baño? También quedan increíbles como mesas de comedor, para un porche, un sofá vintage, como cabezal para una cama o incluso colocadas de forma horizontal haciendo la función de cuadro encima de una mesa de despacho.
Para eso comienza decapando la superficie, aplicando un decapante de base acuosa o con disolvente. Déjalo actuar según las instrucciones del fabricante.
Después lija la puerta con una lija de grano medio, y posteriormente con una lija de grano fino para dejarla muy bien pulida.
Ahora ya tienes preparada la puerta para que la pintura agarre perfectamente, entonces píntala con una imprimación al agua aplicándola con un pincel limpio y seco en capas finas.
Finalmente le darás la pintura base que prepara la madera antes de pintar, y después la pintura final con el color elegido, que será de un tipo u otro dependiendo de si va a tener que estar en el exterior o en el interior.
En la web de Leroy Merlin encontrarás muchas más ideas que te servirán de inspiración para renovar o transformar tus puertas.
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