En 2026, los pasillos dejan de ser simples corredores para convertirse en escenarios de diseño. Colores intensos, texturas inesperadas y un aire multifuncional definen una nueva era
Durante años, los pasillos fueron tratados como un mal necesario: zonas estrechas, con luz escasa y sin más interés que llevarte de un punto A a un punto B, meros distribuidores. En 2026, esa visión se antoja obsoleta. La decoración ha decidido convertirlos en escenarios vivos, cargados de estilo y con el potencial de cambiar la percepción de toda la casa.
La ironía está servida: el rincón más olvidado se convierte en protagonista. Si en 2025 los espejos y los cuadros reclamaban atención, el próximo año se sube un escalón para llevarlos definitivamente a otro nivel.
Ahora se habla de molduras que dialogan con el color, de mobiliario ligero que aporta función, y de la osadía de pensar que un pasillo puede ser algo más que un lugar para dejar atrás. La transformación radical está en marcha.
El nuevo mantra es sencillo: un pasillo no es un túnel, es un espacio de identidad. Y en ese camino, los interioristas apuestan por soluciones arriesgadas y muy diversas.
Reinan opciones como los colores bosque, estanterías-biblioteca, marcos y molduras que les dan personalidad, hornacinas curvas y papeles pintados que convierten las paredes en protagonistas absolutas. En resumen: todo aquello que hace años se habría considerado excesivo ahora se celebra como signo de personalidad única.
Molduras minimalistas
Entre las propuestas estrella de 2026 destacan las molduras minimalistas, que se reinventan en tonos suaves y contrastes ligeros, aportando un aire arquitectónico. Un bajorelieve es suficiente para que su presencia sea imponente.
Armarios empotrados a relucir
También los armarios empotrados, que ya no se camuflan, sino que presumen de puertas en madera oscura o ratán, elevando el pasillo al rango de galería funcional. Este tipo de armarios adoptan todo el estrellato del que han sido relegados durante años.
Lámparas XL
La iluminación se convierte en otro punto clave. Las lámparas XL se consolidan como el recurso infalible: no solo iluminan, sino que reescriben el espacio como un escenario teatral. Un pasillo estrecho con una lámpara escultórica deja de ser una obligación y se convierte en una experiencia visual cada vez que se cruza.
Color a tope
El color se atreve a ser protagonista. Se imponen los verdes intensos, los azules oscuros y los terracotas profundos, que envuelven al visitante y aportan calma, sofisticación o fuerza según el matiz. Frente al miedo al exceso, la tendencia dicta lo contrario: apostar por un pasillo de impacto cromático es tendencia en 2026.
Espacio multifuncional
La idea de pasillo como espacio multifuncional gana también peso. Desde mini oficinas discretas hasta hornacinas convertidas en asientos o vitrinas de objetos personales, lo importante es que la utilidad se combine con estética.
Objetos protagonistas
Y para quienes buscan un aire acogedor pero original también es un recurso darle un nuevo aire con objetos protagonistas: las alfombras, un gran cuadro, la madera en paredes o techos, y los accesorios personales (desde sombreros a fotografías) siguen siendo apuestas seguras.
El año que está por venir confirma que los pasillos se emancipan de su papel secundario. Ya no son meras conexiones, sino escenarios de estilo, identidad y confort. Y, aunque nadie lo hubiera imaginado hace una década, hoy el pasillo se erige como uno de los espacios más fotografiables y definitivamente modernos del hogar.
Fotos | Aleksander Dumała, Max Vakhtbovycn, Jean van der Meulen, Rodrigo Santos y Curtis Adams
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