Un rincón olvidado junto a la lavandería se convierte en un patio lleno de vida gracias a pintura, celosías y plantas
Los patios laterales son muchas veces zonas de paso, estrechas y sin uso definido. Este era el caso de un pequeño espacio junto a la lavandería de esta casa, con suelos de ladrillo vistos y muros sin encanto. Pero bastó un fin de semana y un poco de creatividad de sus propietarios para darle un giro completo y convertirlo en un lugar agradable y lleno de estilo.
El primer paso fue renovar el suelo de ladrillo con pintura exterior en un tono verde suave, que aporta frescura sin restar luz. Para dar continuidad visual con el interior de la casa, se optó por una gama cromática coherente: blanco, verde y tonos naturales. La valla se pintó en blanco puro y se añadieron celosías en un verde muy clarito.
La introducción de esas dos celosías pintadas que no solo decoran, sino que pueden funcionar como soporte para plantas trepadoras fue un gran acierto, porque ayudan a maximizar la sensación de amplitud. Para completar el conjunto, se añadieron macetas en color marrón con plantas que aportan textura y volumen.
El resultado es un patio pequeño pero que invita a quedarse: fresco, luminoso y con una estética coherente con el resto de la vivienda. Esta transformación demuestra que, con pocos elementos y una buena dosis de pintura, cualquier rincón exterior puede convertirse en un oasis personal.
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