Seguro que a muchos os resulta familiar la imagen de vuestra madre limpiando el suelo de parquet con una especie de mopa casera a base de escobón y camiseta reciclada o barriendo directamente con una escoba que reservaba específicamente para esta tarea y que insistía en no utilizar bajo ningún concepto para cocina o baños. Después un chorrito de vinagre al cubo del agua y a fregar mientras os tenía “castigados” en el sofá con los pies descalzos esperando a que se secara el suelo.
Algunos de los trucos que usaban nuestras madres o abuelas para limpiar la madera del suelo aún perduran en el tiempo por su eficacia y su sencillez, pero hay otros que deberíamos descartar porque resultan incluso contraproducentes.
Para tener un suelo de parquet cuidado y limpio hay que cumplir cuatro normas básicas.
Norma 1: proteger la madera de agentes externos
La arenilla y las piedrecillas que traemos a casa “camufladas” en las suelas de nuestro calzado erosionan la madera, por lo que deberíamos tener un felpudo en la puerta de casa y evitar en lo posible andar con ellos puestos por todas las estancias. Los zapatos de tacón también pueden levantar la madera o rallarla.
El sol decolora los suelos de parquet, por lo que hay que evitar que este incida directamente sobre ellos, bien corriendo las cortinas o con las persianas semibajadas en las horas punta.
Norma 2: evitar excesos de humedad
El mayor enemigo de la madera es la humedad, por lo que ante derrames de líquidos hay que actuar con rapidez, sobre todo los que pueden dejar mancha si penetran. Vamos, que no esperaremos a que se vayan todos los invitados para limpiar el charco de vino o café; con papel absorbente o periódico se retira con facilidad todo el exceso de líquido, luego ya sacaremos brillo si es necesario.
Norma 3: evitar arañazos o ralladuras
Aislar el suelo de escombros, virutas o cualquier material susceptible de causar arañazos siempre que realicemos obras o cualquier tarea de bricolaje en casa.
Colocar tiras de fieltro bajo las patas de las sillas, mesas, sillones, etc., en general bajo toda pieza de mobiliario susceptible de ser movida con cierta frecuencia.
Si descubrimos un arañazo sobre la madera, saber que existen trucos para disimularlos, como por ejemplo extender una mezcla a base de pasta de dientes y aceite de oliva, así que no os desesperéis.
Norma 4: realizar una limpieza adecuada
Vamos a intentar evitar la escoba y el recogedor o una mopa que arrastre la suciedad, ya que además de que solo la desplazamos, estamos consiguiendo un efecto lija, deteriorando toda la superficie de la madera, acabando incluso con el barniz.
La mejor opción es la aspiradora porque retira el polvo y la suciedad de su lugar original sin dañar el suelo, siempre y cuando utilicemos una aspiradora con una succión óptima y constante, y un cepillo indicado para parquet, descartando aquellos cepillos con cerdas duras. Se puede utilizar un cepillo adaptable a todo tipo de suelos o alguno más específico como un cepillo de parquet articulado, que gira 180º y tiene un perfil ultra delgado para llegar a los rincones más difíciles.
Por último, se puede rematar la faena con una fregona humedecida ligeramente en la poción mágica de la abuela a base de agua y un chorrito de vinagre o recurrir a detergentes específicos para parquet, pero evitar ceras y productos químicos abrasivos.
Tal vez alguno de vosotros o vosotras habéis “heredado” algún consejo útil para limpiar la madera y os apetece compartirlo.
Todos los cepillos de las aspiradoras Dyson Ball son aptos para suelos de parquet.
El modelo DC37 Allergy Musclehead Parquet incluye además un cepillo especial de parquet articulado, filtro HEPA permanente y otras características que le convierten en el aspirador más adecuado para hogares con este tipo de suelos.
En la página oficial de Dyson te detallamos las particularidades de este modelo.
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