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La merienda con Dyson Ball

La merienda con Dyson Ball
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Hoy no hay colegio a la tarde y tres amigos de tu hijo van a venir a casa a merendar y a jugar en la que promete ser una jornada, como poco, movida. Habías pensado prepararles la merienda en la cocina, ya sabemos lo que ensucian los niños con las galletas, los sandwiches, la tortilla de patata...pero vienen acompañados de sus padres con los que compartes cierta amistad y con los que te gustaría conversar tranquilamente a la vez que tomáis un buen vino.

Dejarles merendar solos en la cocina mientras los padres charlan en el salón no parece muy “seguro”, ¿permanecer de pie en la cocina mientras los niños meriendan? Un poco incómodo. Al final optas por preparar la merienda en la mesa de comedor del salón y cruzar los dedos para que se muevan poco y manchen lo menos posible. Ellos merendarán primero, luego se irán a jugar a la habitación y los adultos podrán picotear algo mientras se ponen al día. Parece un buen plan, ¿pero lo es realmente?

Cuando los niños terminan de comer, parece que se han multiplicado. Hay restos de comida por el suelo, han volcado el bol de las patatas fritas, se han levantado varias veces y han correteado por el salón dejando migas de galletas pisoteadas por la alfombra. ¿Situación caótica? Depende de tu carácter, pero también de tu aspiradora. Situación A: Aspiradora tradicional de bolsa.

Traes tu aspiradora X de bolsa y después de retirar las sillas y posibles obstáculos y “colocar” a todos los padres en un rincón del salón tratas de aspirar con cierta elegancia mientras te chocas con muebles, vuelcas el aspirador en varias ocasiones, cambias dos veces de cepillo (para parquet y para alfombras) y dejas un sensación de ambiente irrespirable, porque la bolsa estaba llena y parte del polvo se ha filtrado y se ha devuelto de nuevo al salón.

Situación B: Dyson Ball.

Sacas tu nueva Dyson Ball y sin modificar la distribución de los muebles, ni de los invitados, comienzas a aspirar sin movimientos torpes. La Dyson Ball se mueve con agilidad llegando a la patata frita menos accesible sin dificultad, alternando entre la alfombra y el parquet sin necesidad de cambiar los cepillos, en tiempo record y dejando el aire igual de fresco que antes de la merienda, ya que no pierde succión.

¿Repetimos el próximo jueves?

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