Reformar una cocina no es solo una cuestión de cifras, sino de entender qué se está pagando
Hablar del presupuesto de una cocina sigue siendo uno de los grandes tabúes dentro del mundo de la reforma y la decoración. Sin embargo, para Miguel Gómez (@formas_cocinas), experto en diseño y equipamiento de cocinas, la falta de información es precisamente lo que genera expectativas irreales y frustración en muchos clientes. “Hay personas que dicen: ‘quiero una cocina de 2.000 euros’, pero eso hoy es inviable”, afirma con rotundidad.
El precio no es lo mismo que la calidad
Uno de los errores más habituales, según Miguel Gómez, es confundir el concepto de cocina económica con el de cocina de calidad. “Solo con la piedra ya te pueden cobrar 3.000 euros”, explica. Y es que elementos como la encimera, que muchas veces se perciben como un simple acabado, representan una parte clave del presupuesto.
La elección de materiales puede disparar el coste de forma exponencial. “Si pones una vitrocerámica especial, que calcula la temperatura del aceite, con mando manual y conexión wifi, y además eliges una piedra traída de la India, acabas de meterte en una encimera de 50.000 euros”, señala. Pero, como él mismo aclara, eso ya no es una cuestión de calidad, sino de exclusividad.
¿Cuánto cuesta realmente una cocina de calidad?
Para Miguel Gómez, una cocina bien ejecutada, con buenos materiales y electrodomésticos fiables, se mueve en un rango muy concreto. “Cuando hablamos de una cocina de calidad, estamos hablando de entre 15.000 y 20.000 euros”, afirma. En ese presupuesto es posible incluir mobiliario bien construido, encimeras resistentes y electrodomésticos de gama media-alta, suficientes para un uso diario exigente y duradero.
Este rango permite diseñar una cocina funcional, estética y equilibrada, sin renunciar a buenas soluciones técnicas ni a un diseño cuidado. Es, en palabras del experto, el punto donde la inversión empieza a notarse realmente en el día a día.
De la calidad al universo premium
A partir de los 20.000 o 30.000 euros, el concepto cambia. “Ahí ya hablamos de una cocina premium; no tienes que envidiar nada a ninguna otra”, asegura Gómez. En este nivel, el diseño se personaliza al máximo, los acabados son superiores y la integración de tecnología y materiales se vuelve mucho más sofisticada.
Sin embargo, el verdadero salto llega a partir de los 30.000 euros. “Lo que hay es un abismo que baja difícilmente de los 60.000 euros”, explica. Son cocinas pensadas como piezas casi únicas, con materiales exclusivos, soluciones a medida y un nivel de personalización extremo.
Curiosamente, muchas de estas cocinas de altísimo presupuesto no suelen mostrarse públicamente. “Muchas de ellas no las grabo, por desgracia, porque esas no son las grabables”, confiesa Gómez. Se trata de proyectos muy privados, diseñados para clientes que no buscan validación externa ni tendencias virales.
Aun así, el experto reconoce que esta mentalidad está empezando a cambiar. “Ahora está surgiendo una nueva tendencia de este tipo de cocinas”, señala, donde la exclusividad comienza a convivir con una mayor visibilidad y una narrativa más abierta sobre el valor real de los materiales y el diseño.
Fotografía de portada | Vía @formas_cocinas
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