Una vidriera multicolor, protagonista del espacio "Puerta 86" de Soledad Ordóñez en Casa Decor

Una vidriera multicolor, protagonista del espacio "Puerta 86" de Soledad Ordóñez en Casa Decor
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Soledad Ordóñez ha recreado en la actual edición de Casa Decor el ambiente sofisticado y discreto de los elegantes clubes privados de otros tiempos. La concepción del proyecto viene inspirada, según indica la propia diseñadora y decoradora, por los ventanales con vidrieras de la estancia, elementos originales del edificio que acoge este año la exposición.

Una vidriera multicolor emplomada, con un escudo heráldico en el centro, es el elemento provocador, y también determinante, del proyecto “Puerta 86”, presentado por la interiorista y directora del estudio Bon Temps Les Espaces, en esta 54 edición de Casa Decor. Si el año pasado asumió el reto de dotar de singularidad y relevancia a un pasillo, esta vez el desafío ha consistido en imponer una solución funcional y decorativa en el espacio que originalmente ocupó el vestíbulo de esta vivienda ubicada en un edificio de la alta burguesía madrileña.

Soledad Ordonez 2019

La vidriera dictó tanto la función como la solución decorativa para esta estancia, según explica Soledad Ordóñez, que ha querido recrear el ambiente discreto, y hasta cierto punto clandestino, de los selectos clubes privados de los años 20. Para ello, se ha servido de un planteamiento estético que, junto al efecto evocador de las ventanas, emplea otra serie de elementos y materiales que marcan el estilo de la época.

El entelado de las paredes, con tejidos de Gastón y Daniela que recrean efectos geométricos y florales, combina con la sobria elegancia de los muebles. La barra, diseñada por la interiorista para este espacio, está rematada por una pieza de ónix, de la firma Cosentino, que ha sido retroiluminada para que luzca en su superficie todo un mar de vetas y tonalidades asombrosas que nos regala la piedra natural. La vitrina, por su parte, combina marquetería y espejos envejecidos al ácido. Sobre ellos, una luz indirecta realza el brillo de botellas y cristalerías.

El suelo ha sido revestido de piezas de porcelánico de la firma Colorker con efecto mármol. La versátil geometría de las piezas (permite hasta 12 combinaciones distintas) forma cuatro cuadriláteros perfilados con latón que mantienen una perfecta simetría con el techo, dividido mediante una estructura rematada con molduras en cuatro cuarterones con el fondo entelado. En una de las paredes luce una pintura contemporánea de gran formato de la artista Belén Gonzalo Arroyo, cuyos colores conviven en perfecta armonía con los tonos de los diferentes elementos decorativos.

Para redondear la sugestión de hallarnos en un espacio robado al tiempo, la decoradora ha retapizado dos sillones de confidente frente a los cuales se disponen dos mesas redondas coronadas por tablero de mármol. Una de estas piezas es propiedad de la anticuaria Judith San Quintín y la otra, diseño de la propia Soledad Ordóñez, al igual que la pareja de apliques Orrefors Mid Century que penden de las paredes.

Queda claro que Soledad Ordóñez es una de las más firmes promesas en el campo del diseño de interiores, campo en el que desembarcó hace ya varios años tras cursar estudios en Arquitectura y Derecho, previo paso por el sector bancario. Hasta el momento, Soledad Ordóñez ha realizado numerosos proyectos de interiorismo para clientes privados, centrados especialmente en viviendas, y en estos momentos trabaja en la remodelación de espacios interiores en hoteles y oficinas corporativas.

Más información | Casa Decor

Comentarios cerrados
Inicio