El método 3-3-3 para hacer maletas de viaje sin mucho esfuerzo: entrará casi todo tu armario de verano

Con el puente de agosto a la vuelta de la esquina, seguro que sois muchos los que estáis pensando en las deseadas vacaciones de verano. Sin embargo, el problema de todos los años es como un rompecabezas para todo padre de familia: hacer la maleta. La cremallera no cierra, un montón de ropa que se acumula 'por si acaso' y una sensación horrible de llevar la casa encima se adueña de nosotros.

Por suerte, existe un método capaz de modificar todo ese caos y conseguir una forma minimalista y visualmente coherente para llevar todo lo necesario en un equipaje compacto, pero sin renunciar al estilo ni la versatilidad. Hablamos del método 3-3-3, ¿lo conocías?

No solo aligera el equipaje, también la mente

La influencer de moda Krista Lavrusik (@kristalavrusik), en declaraciones a Le HuffPost, explica cómo aplicar esta sencilla regla que bien podría haber salido del manual de Marie Kondo.

Primero, elige tres pantalones cómodos y versátiles. Además, es preferible que sean colores neutros como negro, beige o gris, combinados con una opción más clara o vibrante para dar contraste a tus outfits de la maleta. Luego, selecciona tres partes de arriba que se puedan mezclar fácilmente entre sí: una camiseta básica, una camisa y una prenda más elegante o estructurada, como un jersey o blusa.

Y por último, tres pares de zapatos adaptados al tipo de viaje, idealmente cubriendo tres necesidades: lo cómodo (zapatillas), lo elegante (zapatos o sandalias más formales) y lo casual (chanclas o sandalias planas).

Más allá de la ropa: la magia de los accesorios

En decoración, un cojín o una manta bien elegida puede transformar por completo un espacio. En la maleta, ocurre lo mismo con los accesorios. Lavrusik recomienda incluir elementos como bufandas, cinturones o sombreros, que ocupan poco pero aportan muchísimo. ¿El truco? Mantener una base de prendas neutras y jugar con los complementos para añadir color y personalidad.

El método 3-3-3 no es una fórmula cerrada, sino una estructura para evitar el exceso. ¿Quieres añadir un vestido largo para una cena especial? ¿O una chaqueta para una escapada nocturna? Se puede. La clave está en elegir piezas que tengan múltiples usos y que encajen en una paleta cromática coherente, como harías al decorar una estancia.

El mayor reto: dejar atrás el “por si acaso”

Los expertos coinciden: lo más difícil no es reducir, sino renunciar al impulso de empacar de más “por si acaso”. Pero igual que no llenas tu salón de muebles que “quizá algún día” uses, el equipaje debe responder a necesidades reales. Consulta el clima, planifica tus actividades y recuerda: menos es más. Y si algo falta, siempre puedes improvisar en destino.

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