Ha reutilizado cientos de baterías de portátiles para almacenar electricidad sin depender de la red
Reducir la factura de la luz es una obsesión compartida. Ajustar horarios, apagar luces o cambiar electrodomésticos forma parte del manual básico. Pero hay quien decide ir bastante más lejos y plantearse algo que suena casi utópico: vivir sin enchufarse a la red eléctrica.
Eso fue exactamente lo que hizo un aficionado a la energía solar cuando empezó a recoger baterías de portátiles que otros daban por muertas. Lo que comenzó como una prueba terminó convirtiéndose en un sistema doméstico de almacenamiento energético que lleva funcionando desde 2016.
La idea es tan sencilla como laboriosa, aunque no al alcance de cualquiera. Las baterías usadas, especialmente las de portátiles antiguos, suelen desecharse aunque muchas de sus celdas siguen siendo funcionales. Revisarlas, seleccionarlas y darles una segunda vida es el primer paso.
Una caseta de madera
Tras comprobar que almacenan energía de forma estable, este usuario las fue soldando entre sí hasta crear grandes bancos de baterías. Todo el sistema se aloja en una estructura de madera diseñada específicamente para actuar como una pequeña central eléctrica doméstica.
La electricidad que almacenan procede de placas solares. Durante las horas de sol, las celdas reciben la energía generada y la guardan para su uso posterior, ya sea para alimentar la vivienda o incluso cargar un vehículo eléctrico.
Seguridad controlada
Uno de los aspectos que más llama la atención es la seguridad, aunque el protagonista asegura que a lo largo de los años de uso, no se han registrado incidentes como hinchazón de celdas o incendios, algo que preocupa cuando se habla de baterías recicladas.
El proceso completo ha sido documentado en un foro especializado, donde se pueden ver imágenes, esquemas y explicaciones detalladas del montaje. La capacidad del sistema no ha dejado de crecer y ya supera ampliamente las 1.000 baterías conectadas.
Baterías con potencial
Más allá del caso concreto, la historia pone sobre la mesa una reflexión relacionada con la sostenibilidad del sistema: la cantidad de baterías que se desechan sin estar realmente agotadas y el potencial que aún conservan.
Ciertamente, este no es un proyecto apto para cualquiera ni exento de conocimientos técnicos, pero demuestra que la reutilización inteligente puede ir mucho más allá del reciclaje simbólico y convertirse en una alternativa real de autosuficiencia energética.
Fotos | TechSpot
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