No lo sabía, pero reutilizando los CDs viejos que tenemos por casa podemos hacer este práctico organizador

En un momento en el que la decoración prima rescatar objetos olvidados para darles una nueva vida, no hay material que tengamos por casa que no podamos darle una segunda oportunidad. En este contexto, los CDs rayados, obsoletos o simplemente en desuso, parecen condenados a la basura. 

Sin embargo, con un poco de creatividad, pueden transformarse en un bonito y funcional organizador artesanal, perfecto para sumar orden y estilo al hogar. El resultado es un cuenco de almacenamiento ideal para guardar llaves, joyas, pequeños accesorios o incluso material de escritorio.

Qué hace falta para preparar un organizador con CDs antiguos

Para poder desarrollar este proyecto DIY con Cds viejos hace falta que tengas en casa estas herramientas.

• CDs
• Hilo de yute o fibra natural
• Silicona
• Tela

Cómo hacer un organizador paso a paso

Para empezar, se forra la llamada “cara bonita” del CD con un trozo de tela al gusto. Puede ser lino, algodón o cualquier tejido que armonice con la decoración de la casa. La tela se fija cuidadosamente con silicona caliente, asegurando que quede bien tensada y sin arrugas.

A continuación, en la cara opuesta del CD, se colocan varias varillas flexibles pegadas en forma circular, también con silicona. Estas varillas serán la estructura vertical del cuenco. Una vez fijadas, se toma un segundo CD, igualmente forrado por su cara visible, y se pega encima del primero. De este modo, las varillas quedan ocultas entre ambos discos, logrando un acabado limpio y profesional.

Con la base ya preparada, llega el momento más artesanal del proceso. Se utiliza hilo de yute o cualquier otra fibra natural como cuerda de algodón o rafia, para comenzar el trenzado. La técnica es sencilla, una pasada por encima de una varilla y la siguiente por debajo de la siguiente, repitiendo el patrón de forma constante.

Poco a poco, el cuenco va tomando forma. Antes de finalizar, es importante doblar suavemente las varillas hacia arriba para crear la silueta curva característica del recipiente. Se continúa trenzando hasta cubrir toda la longitud de las varillas, logrando un acabado uniforme y resistente.

Cómo usarlo y dónde ponerlo

El resultado final es un cuenco de almacenamiento con carácter artesanal, ligero pero firme, y con una estética cálida que aporta textura y personalidad a cualquier estancia. Puede colocarse en el recibidor, en el baño, sobre una estantería o en una mesilla auxiliar. Cada pieza es única y refleja no solo buen gusto, sino también un compromiso con la reutilización y el respeto por el medio ambiente.

Fotografías | Vía @mijincrafts

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