Decorando con conchas de mar

En alguna ocasión ya he mencionado por aquí que no me gustan nada las figuras decorativas hechas con conchas. En mis viajes he visto cosas que jamás creeríais. He visto castillos hechos con miniconchas, he visto gallos, he visto relojes ¡hasta he visto cestas! Los recuerdos hechos en conchas son una constante de las tiendas de suvenirs de lugares con mar, pero, queridos amigos, es posible esquivarlos a poco que pongáis empeño. Si aún así os volvéis locos por las conchas y caracolas y queréis que formen parte de la decoración de vuestra casa, hoy os propongo algunas soluciones nada horteras que os ayuden a sobrellevar vuestra adicción.

En primer lugar, podéis recoger conchas marinas y usarlas como jabonera en el baño. Como veis en la imagen superior, son una solución ideal porque con su forma evitan que se salga el agua jabonosa sobrante. Si queréis imitar la imagen, tendréis que pegar una concha más pequeña bajo la grande de manera que sirva de base. Lo podéis hacer con un pegamento que tenga algo de silicona para que la fijación sea total.


Sobre estas líneas veis cómo un sencillo juego de cama blanco liso ha pasado a ser un juego de cama con mucha personalidad usando la técnica del estarcido y conchas de distintos colores. Podéis incluso combinar las conchas en varias filas, usando distintos tamaños y colores. Eso sí, aseguraos de que estáis usando pintura para tela y tened cuidado de que no sobre mucha pintura que pueda manchar más cosas.

Una buena caracola puede ser un minijarrón ideal para usar como centro de mesa o para decorar una mesilla. Lo ideal sería que metierais dentro flores frescas, pero si no podéis siempre podéis recurrir a flores secas o usarlo de maceta directamente.

Si os gustan las velas, he aquí una idea que puede hacer que las disfrutéis de manera más segura usando las conchas como portavelas. Como sabéis, estas tienen gran resistencia al calor y recogerán la cera de manera impecable para que no se os manchen mesas ni estanterías. Yo las veo ideales sobre todo para velas flotantes.

Por último, quiero que veáis la única excepción a mi regla de “no más de una concha” que sería la imagen que veis sobre estas líneas, en la que se han usado dos vieiras para salvaguardar la luz de una vela. Esta idea no sólo da un ambiente romántico sino que hace la estancia más acogedora y mantiene el ambiente playero. De hecho, ni siquiera tenéis que ir a la playa, ya que os pueden dar las conchas en una marisquería o en una pescadería cerca de vuestra casa aunque tiene menos emoción.

Vía | Martha Stewart
En Decoesfera | Macetas decoradas con caracolas

Portada de Decoesfera