Siempre he sido un gran defensor de la fusión de estilos decorativos que nos permiten crear ambientes totalmente eclécticos que rompen las ataduras de los estándares rígidos y perfectamente bien definidos. Esta es la historia de un edificio antiguo en Dublín que, tras varios años de casi abandono, ha recobrado vida de la manera más sorprendente y espectacular que he visto últimamente.
D2 Tonwhouse es el nombre “artístico” de este proyecto que ha permitido la transformación de esta construcción de cinco pisos, anteriormente usada como oficina y bodega de almacenamiento, en una casa familiar de un estilo único. Con la encomienda de conservar y restaurar la estructura básica de la construcción, el proyecto estuvo a cargo del arquitecto Jake Moulson quién ha hecho un trabajo excepcional.
Con espacios amplios a lo largo, pero relativamente estrechos, el rediseño de esta casa permitió abrir de manera vertical los espacios para usarlos como columna vertebral de la casa. Pero lo que más llama la atención no es tanto el aspecto arquitectónico como tal sino más bien el estilo decorativo que se le ha dado a toda la casa.
Con una mezcla perfectamente equilibrada de estilos moderno, clásico, vintage y** un toque de industrial**, la casa D2 es todo un mundo por si sola. Mientras algunos espacios como un comedor, un dormitorio o un baño son totalmente moderno, el estudio/sala de trabajo, el salón o la entrada respiran un toque clásico con pisos de madera de origen.
La parte exterior reúne los diferentes elementos industriales que rompen con las paredes de ladrillo rojo de la estructura original. Así se alcanza un equilibrio ideal que me ha encantado en todo el conjunto de la casa D2 de Dublín. ¿Qué te ha parecido?
Imágenes | Jake Moulson
