Os confieso que empiezo a saturarme del ambiente y la decoración navideña, como me ocurre cada año, tras dos semanas intensas de adornar, ir a cursos y adquirir regalos, cenas, almuerzos y escaparates... No me malinterpretéis, la Navidad y todo lo que conlleva me apasiona, sólo que de cara a Nochebuena, mi burbuja empieza a deshincharse y necesito un poco de relax.
Y ¿qué mejor que la naturaleza para tranquilizar el espíritu y olvidarse del lado negativo de estas fechas? Por eso me encanta huir del mundanal ruido, aunque sea unas horas y regresar con la cabeza despejada. Y he encontrado esta maravillosa terraza con vistas para calmar mente y alma.
Se trata de una casita, apenas 70 metros en la costa danesa, propiedad de la interiorista Tina Buchs. Recién reformada, la casa es en realidad un Badhus, es decir una casa de baños, un edificio que fue construido en 1900 como extensión de una antigua mansión de veraneo junto al mar.
Una sencilla decoración a base de mucha madera, textiles en colores neutros y grises y fibras, con un punto oriental ecléctico, poco habitual en los países nórdicos, que se plasma en los enormes faroles de bambú y los bustos de Buda, de la tienda de la propietaria de la casa. Una cocina de lineas sencillas, al igual que es resto, con taburetes tocón y pieles de reno, con una cómoda barra de desayunos.
Ojalá tuviera esa casa de baños frente al mar para relajarme, pero me conformaré con ver las fotos y pasear por la cercana Sierra del Guadarrama que tiene un encanto diferente pero igualmente delicioso.
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