La tendencia blanco y negro también llega al mundo de las cocinas y esta es un ejemplo de ello. En lugar de ser los electrodomésticos o muebles las piezas principales, en esta ocasión son los suelos y paredes los que se llevan el protagonismo.
Y es que esta casa demuestra que apostar por un dibujo a cuadros en la pared y en el suelo de la cocina es posible siempre y cuando las dimensiones y las formas de estos sean diferentes. En este caso vemos como el suelo ajedrezado combina con unas baldosas en la pared con un ribete negro que sigue dándole ese aire geométrico que buscábamos.
Como la cocina no es muy grande hay que ayudarse de ciertos elementos para que el resultado no sea muy abrumador. Las puertas de los muebles en blanco, la madera de la encimera, los electrodomésticos en acero inoxidable y la luz que entra por la ventana, ayudan a suavizar la estancia y consiguen que la habitación no se vea tan recargada.
Via | Stadshem
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