Una de las características más llamativas de los llamados frigoríficos americanos es la capacidad de dispensar cubitos de hielo o agua fría a través de su puerta. A mí, cuando más me llama la atención este extremo es en verano, estación en la que no paro de llenar y llenar la cubitera de mi humilde congelador convencional. Así que cuando alguno de mis habituales me invita a una velada estival y a la hora de pedir hielo me dice: ya sabes, en la puerta del frigo, mis dientes rechinan de envidia sana.
Puede ser un buen ejemplo de decoración gamberra o tontuna, pero el caso es que podemos dar el pego y transformar nuestra nevera en un flamante frigorífico con expendedor incorporado. De mentira, eso sí, un espejismo que solo servirá para bromear o ejercitar el sentido del humor. El cambio viene por obra y gracia de un gran imán, una lámina que imita de manera bastante realista este artilugio.
Y retranca no le falta, ya que además de proporcionar hielo y agua, presume de expedir cerveza, capuccino, frözen yogur, nachos con queso, patatas fritas y alitas de pollo. Con él no conseguiremos que los hielos caigan en nuestro vaso, pero seguro que arrancaremos más de una sonrisa.
Vía | Clipset En Decoesfera | Decoración gamberra: cojín caballo para amantes de El Padrino