Casas que inspiran: Una granja minimalista

Casas que inspiran: Una granja minimalista
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Siempre me ha fascinado la idea de convertir en habitables espacios que originalmente no lo eran; fábricas, oficinas, talleres… Hoy os traigo un caso extremo, convertir una granja a las afueras de Londres en una preciosa casa minimalista.

Puede parecer sencillo a primera vista, pero transformar un granero y un establo en un hogar sin que se pierda la esencia de lo que había antes, no es nada fácil.

Para ello, se ha conservado la estructuray mantenido las proporciones de los espacios originales. Pero, para mí, el mayor acierto de la reforma ha sido la elección de los materiales; yeso, hormigón, madera y vidrio. Una combinación ganadora.

Con todos ustedes, una granja minimalista.

comedor granja minimalista

A menudo, decorar un espacio grande es más complicado de lo que parece; nos entra el horror vacui y empezamos a llenarlo de muebles, cuadros, alfombras, lámparas… de todo para que no parezca vacío.

El buen minimalismo debe conseguir que un espacio sea agradable y acogedor con el menor número de elementos posibles, y eso es lo que se consigue en este comedor. Apenas hay una mesa y un aparador; pero las vistas al patio central, la mesa de madera, las vigas sobre nuestras cabezas y la cálida luz lo convierten en un lugar en el que apetece sentarse a comer viendo corretear a los caballos.

cocina granja minimalista

Tras el muro al fondo, se oculta la cocina. Sencilla como ella sola; dos barras de acero inoxidable, muebles lacados en blanco sin tirador alguno y, como no, luz, mucha luz. Un bien escaso en Inglaterra.

Un pequeño detalle que me encanta y que dudo que sea casualidad, es que el pequeño tabique que separa la cocina del comedor está situado justo bajo una de las vigas, pero sin llegar a tocarla. De esa manera se consigue separar bien ambas zonas y a la vez mantener la unidad espacial de lo que antes era el establo. Si ese murete estuviera un poco desplazado, esa separación sería mucho más confusa y no se alcanzaría la idea de crear un único espacio con dos ambientes.

salón granja minimalista

Desde el comedor se accede al salón, situado en el extremo de la U que forma la casa, en lo que antes era el granero. Aquí los techos son más altos, por lo que se ha optado por cubrir las paredes solo parcialmente y dejar que la estructura original luzca con todo su esplendor.

Paredes blancas aderezadas con fotografías en blanco y negro, y un par de sofás de líneas muy rectas en el centro. De nuevo la calidez de la madera, el blanco y la luz, combinados con la fuerza de la estructura, crean un espacio muy agradable en el que charlar con los amigos o ver la tele hundido en ese montón de cojines.

biblioteca granja minimalista

Al otro lado de la cocina hay una pequeña biblioteca, directamente vinculada al dormitorio principal. Un lugar tranquilo y sosegado, con sillones que invitan a hundirse en ellos y sumergirse en la lectura y vistas de los verdes prados para perder la mirada en el horizonte.

Otra vez, luz por doquier; no soy fan de las bibliotecas lúgubres ni de leer a la luz de una lámpara de queroseno. Me gusta el sol y su calor, sobre todo si hace frío, como os aseguro que hace por esos lares.

Hábilmente, todos los dormitorios y la sala de lectura están orientados al este, de forma que las ilumina el amanecer y el sol de la mañana.

dormitorio granja minimalista

Al igual que el resto de la casa, las habitaciones están decoradas en una combinación de blanco y madera. La ropa de cama, en algodón blanco, se suma a la claridad que aporta el ventanal que se abre frente al lecho.

Todo ese ala mira hacia al campo y no hacia el patio. De esta forma se permite grandes aperturas y, por lo tanto, mucha luz, sin condicionar la privacidad.

Sé que a todo el mundo no le gusta tanto blanco, pero no negaréis que no apetece tumbarse en la cama a hojear el periódico mientras de reojo admiras el paisaje.

plano granja minimalista

El resto de la casa la componen dos dormitorios más con sus respectivos baños, un estudio, un pequeño establo y varias pequeñas estancias auxiliares. Todas decoradas siguiendo las líneas marcadas por las estancias principales.

Espacios acogedores, mucha luz, materiales cálidos… En definitiva, una reforma cuidada al detalle, siguiendo una estética muy adecuada para su cometido y respetando el espíritu del original.

Lástima que no tenga por ahí ninguna hacienda olvidada que reformar ni los 3500 euros que cuesta el alquiler…

Más información | The Modern House Estate
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